Concretar el inicio de algo siempre es difícil, aunque haya sido creado por el hombre. ¿Dónde está el límite entre el proyecto de idea y el resultado final? Como muchos de nosotros no hemos estado en ese proceso nos tendremos que contentar con lo establecido.
Quisiera utilizar las siguientes líneas para contaros la historia del HTML, pero no sin antes hacer constar que detrás de unos pocos nombres y fechas hay mucho más trabajo, conexiones, ideas y nombres que por cuestiones de espacio, tiempo y claridad quedan exentas de este artículo.
Ante todo, definir de que estamos hablando exactamente: HTML es el acrónimo de HyperText Markup Language, que traducido a nuestro idioma es Lenguaje de Marcación de Texto. Es una herramienta para que el ordenador conectado a Internet interprete como visualizar el documento.
De todas maneras, tiene sus limitaciones así que a menudo se utilizan otras herramientas como las hojas de estilo, que le dan mayor libertad al diseñador. En concreto, el HTML le da las indicaciones mencionadas al programa cliente, el browser o navegador para que presente el documento en la pantalla de la manera adecuada.
El HTML se hizo popular por su sencillez, era fácil de aprender y eso lo hace accesible a mayor número de personas. Estos documentos web deben estar escritos con el mismo “lenguaje” para que diferentes ordenadores puedan leerlos, si alguien utiliza un sistema diferente no podrá compartir su información con los que usan el HTML ni podrá visualizar los de los demás.
Por eso la tendencia es crear un estándar que evoluciona poco a poco y que es compatible con la versión anterior.
La creación
El físico nuclear Tim Berners Lee definió la primera versión de HTML en el año 1989. Después evolucionaría hasta llegar a cuatro versiones más. HTML 4 fue la última en 1998. Después llegaría el lenguaje que aun utilizamos, el XHTML hijo del XML y el HTML. En el momento en el que escribo estas líneas, se está desarrollando HTML 5, que nos permitirá crear animaciones y presuntamente sustituirá a Flash.
Pero como decía al principio de estas líneas, nada surge de la nada. Berners Lee desarrolló su idea mientras trabajaba en el CERN (Centro Europeo para la investigación Nuclear), pretendía facilitar el acceso a todos los datos del Centro independientemente del ordenador en el que se encontrara esa información, tanto si estaba en el propio centro o en los ordenadores de las diferentes instituciones que colaboraban con el CERN.
El producto de su idea sería una plataforma de tipo hipertexto y un protocolo de comunicaciones que se denominó HTTP (Hyper Text Transfer Protocol). En su página web, Berners afirma que se puede inventar cualquier cosa que imagines que un ordenador pueda hacer.
Y ese fue su caso, imaginó una situación de completa comunicación a partir de unas herramientas que ya existían, convenció a su equipo y superiores que se podían unir y las unió.
Hablamos del concepto de Hipertexto (Conocido también como link) con el que se pueden conectar dos elementos entre si y el SGML (Standard General Markup Language) el cual sirve para colocar etiquetas o marcas en un texto que indique como debe verse.
Es el sistema mediante el cual se envían las “peticiones” para acceder a una página web y mediante el cuál ésta responde. El http envía el hipertexto (contenido de las páginas web) para ser visualizado en pantalla. Este protocolo también sirve para enviar información adicional en ambos sentidos, como formularios con mensajes y otros similares.
Los Padres del HTML
El Hipertexto: El primero en usar este término fue Ted Nelson en su artículo “No more teacher’s dirty looks”. Utilizaba ésta palabra para referirse a escritos no secuenciales que coordinaran la presentación de cualquier tipo de información, texto, imagen o audio. Un media donde el usuario pudiera interactuar con la información.
En un inicio Nelson trabajaba con tarjetitas de papel relacionadas entre ellas por palabras clave. Con esta idea crea, en los años sesenta, la organización Xanadu con el fin de aplicar el concepto de hipertexto a otros tipos de trabajos.Tampoco debemos olvidar a Vannevar Bush, que dieciocho años antes había hablado de una idea muy similar con otro nombre, el memex.
En su artículo “As we may think” publicado en la revista The Atlantic Monthly en 1945, Bush expone su idea de compartir información especializada mediante las máquinas y poco más tarde crea el memex, un dispositivo mecánico para almacenar libros y grabaciones. La genialidad del invento se basaba en la búsqueda de información que era rápida, sencilla y no-lineal.
Sería ésta la idea base del que ahora conocemos hipertexto. El Hipertexto como se le conoce en nuestros días es un instrumento donde se encuentran y cruzan diversos documentos. Normalmente el hipertexto funciona con hipervínculos, así se puede acceder rápidamente a un documento relacionado con el que se ha consultado inicialmente.
El SGML (Standard Generalized Markup Language) fue publicado por la Organización Internacional de Estándares el 1986. En español significa Lenguaje Estándar de Marcación General. Se trata de un sistema que organiza y etiqueta documentos. Con él se especifican las reglas de etiquetado aunque no impone ningún conjunto de etiquetas en especial.
Es con estos términos que se define el HTML. Uno de sus principales usuarios es la industria de publicación de documentos. Ésta crea y mantiene documentos que luego son llevados a otros formatos, entre ellos HTML, Postscript, RTF, etc.
La evolución del HTML
La idea de Berners-Lee surgió hacia el 1989 y en los dos años siguientes definía el HTML como un subconjunto del SGML al que más tarde llamaría nivel 0.
Esta primera versión solamente marcaba encabezados, listas y anclas pero fue suficiente para que se creara la World Wide Web. Surgieron varias versiones de este primer HTML pero ninguna de ellas llegaría a convertirse en el estándar oficial. Lo más cercano fue el HTML 2.0, al cual se le puso el nombre para distinguirlo de la colección de estándares no oficiales que iban surgiendo.
Tim Berners fundaría el W3C (World Wide Web Consotium) en 1995 y poco después surgió el borrador de la tercera versión, HTML 3.0. Éste daba mucha más libertad de creación al diseñador web.
Facilitaba la creación de tablas, el texto podía fluir alrededor de las figuras y se mostraban elementos matemáticos complejos. Sus creadores pretendían que fuera compatible con la versión anterior pero era demasiado complejo como para que lo soportaran los navegadores de la época.
En septiembre de ese mismo año se abandonó el proyecto debido a la falta de apoyo de los fabricantes de navegadores web. La siguiente versión tampoco llegó a ser propuesta oficialmente.
Una nueva versión, el HTML 3.2 abandonaba muchos de los elementos que se habían introducido en el HTML 3.0 a cambio de acoger los elementos que habían desarrollado los fabricantes de navegadores web como Netscape y Mosaic.
Por ejemplo, se abandonó la posibilidad de introducir fórmulas matemáticas complejas para delegarlo en un estándar distinto, el MathML. La última versión es el HTML 4.0, que también incluye muchos elementos específicos que habían sido desarrollados para un navegador web determinado pero que, a su vez, calificó a muchos de ellos como “desaprobados”.
El camino evolutivo del HTML ha sido complejo, se ha tenido que lidiar con muchas partes y finalmente ha cesado. Pero las tecnologías continúan avanzando y su heredero ahora es el XHTML.
La base y el objetivo son los mismos pero esta vez entra un elemento nuevo en escena, el XML. Otro estándar que se asemeja en funcionalidad al SGML pero que es más sencillo y más joven. Así pues de la “fusión” de estos dos estándares, XML y HTML, surge el XHTML.
El XHTML
EXtensible Hypertext Markup Language (lenguaje extensible de marcado de hipertexto). El XHTML es el lenguaje de marcado que debe sustituir el HTML. Sigue las especificaciones del XTML que son más estrictas de lo que hemos visto hasta ahora.
Con este nuevo lenguaje estándar la información que ofrece la página web y la presentación de la misma quedan claramente separadas. Así pues el XHTML tiene la responsabilidad de reproducir la información mientras que el diseño queda en manos de las hojas de estilo y el JavaScript.
Siendo el sucesor del HTML, algunos lo consideran la versión actual de éste pero lo cierto es que la W3C sigue recomendando el HTML 4.0 y las distintas versiones de XHTML para publicar en la web.
Este nuevo estándar se hizo necesario en el momento que empezaban a proliferar otros dispositivos, además de los ordenadores, capaces de reproducir la información de la web. Un ejemplo claro son los móviles, que no están preparados para afrontar la complejidad sintáctica del HTML.
En la mayoría de los casos no hay problemas de compatibilidad con el nuevo lenguaje, las viejas versiones de navegadores leen el XHTML como si se tratase de HTML, las nuevas lo interpretan correctamente y casi todas ellas son perfectamente compatibles con el viejo estándar.
Lo que en principio supone una ventaja, es criticado por algunos expertos que esta compatibilidad ralentiza el proceso de cambio, la evolución. El problema se plantea así: algunos autores se ven obligados a elegir entre la escritura de documentos válidos o un contenido factible de ser visualizado en la mayoría de ordenadores.
El dilema está abierto y no es de respuesta fácil. El rasgo definitorio de Internet, la globalidad, a la vez que la ensalza la limita.
Son muchos los intereses en juego, las personas que trabajan en su desarrollo y aún más los que sufren-benefician de sus cambios. Poner en común todos estos factores es ardua tarea, la historia del HTML es tan solo un pequeño ejemplo.
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